Darío Ortiz Presidente del Movimiento Argentino para la Producción Orgánica y Guillermo Frusto Fundador y Socio gerente de Pampagourmet participaron del evento Agro Summit del diario El Cronista.
Darío Ortiz explica que el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica MAPO es una institución que tiene 27 años de trayectoria formada por exportadores, productores primarios, elaboradores, comercializadores, consumidores finales. Todos ellos con diferentes incumbencias e intereses. MAPO trabaja no sólo para los socios sino para todo el sector de la producción orgánica. Nuestro rol consiste en ser el nexo entre las entidades institucionales y el sector privado.
La agricultura orgánica argentina se desarrolla desde hace más de 30 años. Los volúmenes de producción se destinan el 97% al mercado externo y el 3% al mercado interno. La normativa orgánica argentina es de obligado cumplimiento y hace las veces de directrices para guiar al sistema de producción.
Las exportaciones de productos orgánicos en nuestro país tienen como principal destino la Unión Europea dado que la normativa argentina tiene equivalencia con su par europea. Adicionalmente contamos con equivalencias con Suiza y Japón. En el caso de Estado Unidos se exporta bajo la normativa americana NOP por sus siglas en inglés National Organic Program y cabe destacar el importante volumen de producción que año tras año se exporta a dicho país.
El sello orgánico argentino presente en la etiqueta de los alimentos es un diferencial de valor. El mismo garantiza que se trata de productos que cumplen con la normativa vigente, están respaldados por un sistema de trazabilidad, son saludables y provienen de un sistema de producción que cuida el medio ambiente.
Para el análisis de los costos de producción de la agricultura orgánica es crucial atravesar un primer período de estabilización del ecosistema mediante la introducción de biodiversidad lo que luego trae aparejado un equilibrio de los rendimientos excluyendo el uso de agroquímicos, agrotóxicos. Posteriormente, la producción entra en régimen estable en el que puede producir más o igual que un sistema convencional sin dañar el medio ambiente. A largo plazo, son menores los costos de producción de la agricultura orgánica en comparación con los de convencionales.
Darío Ortiz agrega en su experiencia laboral produjo el primer pollo orgánico certificado en Argentina. Los pollos orgánicos se encuentran dentro de un sistema de bienestar animal, biodiversidad, trazabilidad, cuidado de medio ambiente y de la gente que trabaja en la producción. Actualmente hay una demanda creciente y consumidores ávidos de productos orgánicos.
Los costos de un pollo orgánico son cinco veces superiores al costo de un pollo convencional. Es una realidad que trasciende las fronteras de Argentina y se expande en todo el mundo. Esto se debe a que el 80% del costo del producto está representado por el 80% del costo del alimento de los animales. El alimento utilizado es de procedencia orgánica que en comparación con el convencional es 50% más costoso y debe comprarse en dólares. Asimismo, el tiempo de alimentación también se duplica.
Guillermo Frusto señala que sus inicios se remontan a 2003 cuando incursionó como apicultor, pero luego en 2004 tuvo lugar la crisis de la miel y tuvo que transformar su emprendimiento. Fue entonces cuando decidió agregar valor mediante la elaboración de alimentos con miel. Y así se originó Pampagourmet en abril del 2004 con la perspectiva en su plan de negocios de producir de forma orgánica. Gracias a un amigo que tiene un campo en Cardales donde antiguamente producía arándanos empezaron a certificar y en 2015 comenzaron a hacer diferentes productos. La ventaja competitiva de la empresa radica en que procesa, transforma y añade valor agregado a los alimentos.
Al producir de forma orgánica brinda al consumidor un producto que está totalmente controlado. En su explotación recibe auditorías dos veces por año de la certificadora y otra por parte de SENASA. Las mismas garantizan al consumidor que está adquiriendo un alimento sano donde cuidamos la tierra, el medio ambiente y el bienestar animal.
No obstante, los volúmenes de producción son menores, pero eso se compensa un poco con el precio y con la pasión por lo sano y el cuidado del medio ambiente. Hoy por hoy, el consumidor busca productos sanos y saludables. Esto tracciona la demanda de productos orgánicos. A su vez también, las redes sociales son una herramienta que permite facilitar la comunicación e informar sobre qué significa que un alimento es orgánico.
Guillermo Frusto recuerda una anécdota que cuando probó los pollos de Cocorokeen (Darío Ortiz) lo llevo su infancia cuando su abuelo tenía pollos en su casa y rememoró el sabor del pollo que no comía desde hace 35 años.
Las proyecciones de Pampagourmet es ampliar la paleta de productos y empezar a exportar a Brasil y a China.